Tumores de estómago
La neoplasia gástrica, también conocida como cáncer de estómago, es una enfermedad en la que se forman células neoplásicas en los tejidos del revestimiento del estómago. Estas células malignas pueden crecer de forma descontrolada y propagarse a otras partes del cuerpo.
Existen diferentes tipos de neoplasias gástricas, que incluyen el adenocarcinoma gástrico (el tipo más común), así como otros tipos menos frecuentes como el linfoma gástrico, el sarcoma y el carcinoma de células en anillo de sello.
Los factores de riesgo para el desarrollo de una neoplasia gástrica incluyen la infección por la bacteria Helicobacter pylori, antecedentes familiares de cáncer de estómago, dieta poco saludable y el tabaquismo.
Los síntomas de la neoplasia gástrica pueden variar y pueden incluir pérdida de apetito, pérdida de peso inexplicada, dolor abdominal, sensación de plenitud después de comer una pequeña cantidad de comida, náuseas y vómitos, indigestión y sangrado gastrointestinal.
El diagnóstico de la neoplasia gástrica se realiza a través de múltiples pruebas como gastroscopia y biopsia de tejido del estómago, tomografía computarizada, resonancia magnética y análisis de sangre.
El tratamiento depende del estadio de la enfermedad y puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia o una combinación de estos tratamientos.
La cirugía es el método más común y consiste en la extirpación del tumor y parte o la totalidad del estómago, dependiendo del tamaño y la localización del tumor.
La cirugía laparoscópica es la opción preferida en la mayoría de los casos, ya que permite una recuperación más rápida y menos dolorosa. Durante este procedimiento, se extirpa parte o la totalidad del estómago y luego se realiza una reconexión entre el estómago y el intestino delgado para asegurar una adecuada digestión de los alimentos.
El postoperatorio incluye una dieta líquida – semiblanda durante los primeros días, seguida de una progresión gradual hacia una dieta normal. Se pueden experimentar algunos efectos secundarios como dolor leve, hinchazón abdominal y fatiga, pero generalmente desaparecen después de unos días.
Es importante las revisiones periódicas y los cambios en el estilo de vida, como mantener una alimentación saludable y evitar hábitos perjudiciales como fumar, para reducir el riesgo de recurrencia del cáncer gástrico.
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